05 June 2018

Un Nuevo Caminar

A partir del primer día de Junio, tome la posición de Vicario de la Iglesia Episcopal San Miguel Arcángel.  Debo confesar que entre con miedo y sin saber cómo sería recibido.  Jesús mismo dice que "nadie es profeta en su propia tierra," y no solo he regresado a mi tierra, el hospital donde yo nací queda a solo dos cuadras de la parroquia.  Mi abuela vivía a solo tres cuadras de aquí y nosotros jugábamos en las calles cuando la lluvia las llenaba.  Esta es mi tierra y a pesar de que he navegado por muchas partes del mundo, esta es tierra extraña.  O tal vez sería más apropiado decir que yo soy el extraño.  Sea como sea, la misión es la misma.  En nuestros anuncios de la Iglesia Episcopal, se puede ver esa misión, simplemente es, “La Iglesia Episcopal te da la bienvenida.”  O mejor dicho, todos son bienvenidos aquí.  De primero, eso parece ser un mensaje sencillo que tiene el potencial de atraer a una multitud de gente.  En mi mente, me imagino aquellas personas a quienes se les ha rechazado o aquellos que se sienten rechazados por cualquier razón.  Que significa dar la bienvenida a todos?  Y como es que esta bienvenida radical pueda transformar al mundo?  La respuesta es fácil, pero la práctica es un poco más difícil.  En realidad, el poner en práctica la hospitalidad radical es algo de lo cual no sabemos mucho.  Tenemos hombres santos y mujeres santas que nos pueden ayudar a entender un poco lo que significa este llamado, pero al tener que ponerlo yo en práctica, se dificultan las cosas.  Pero lo bueno de ser seguidores y seguidoras de Cristo es que el mismo amor que se nos da trae en si la capacidad de amar de tal manera que no nos tenemos que limitar.  Aun cuando nos sentimos que no podemos entender o que no podemos estar de acuerdo,  el amor que Cristo nos presenta es uno que nos invita a vivir de una manera en la cual nosotros reconocemos que no somos los salvadores ni los mayordomos, sino los trabajadores en la viña del Señor.  Por lo tanto, esa realidad nos da la posibilidad de poder entrar a un lugar nuevo o de recibir a gente que son diferentes a mi y celebrar lo que el amor de Dios está haciendo.  El cambio no es fácil, y ser siervo del amor de Dios significa estar dispuesto a ser transformado de tal manera que nunca podemos regresar a lo que fuimos.  Al contrario, entre más conocemos a Dios, mas cambiamos.  Dejemos que el amor de Dios nos llene y nos lleve a donde Dios quiera, porque a donde sea que vayamos, allí estará Cristo, y el amor de Dios nos saciara. 


Recuerda, eres hermoso y eres hermosa y eres amado y eres amada.  Que Dios te bendiga.  Bienvenido.  Bienvenida.

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